Pequeños y mayores señalamos lo negativo fácilmente, y a veces nos cuesta sacar lo positivo de los demás. O lo sabemos, pero no lo decimos.
De vez en cuando no viene mal que nos digan cosas bonitas, que destaquen nuestras virtudes y no nuestros defectos. Y si nos da vergüenza pues las escribimos.
Al final, todos tendremos un diploma de buen /a compañer@, que, la verdad, nos hace ilusión. Y nos sube la autoestima.
Al leerlos se cruzan miradas y sonrisas. Un agradecimiento sin palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario